
EL PESO
El peso en quilates es la medida utilizada para los diamantes.
Un "quilate" métrico se define como 200 miligramos. Cada quilate se subdivide en 100 "puntos". Esto permite realizar mediciones muy precisas con una centésima de decimal. Un joyero puede describir el peso de un diamante de menos de un quilate sólo por sus "puntos". Por ejemplo, el joyero puede referirse a un diamante que pesa 0,25 quilates como un "veinticinco puntos". Los pesos de los diamantes de más de un quilate se expresan en quilates y decimales. Una piedra de 1,08 quilates se describiría como "un quilate y ocho puntos".
En igualdad de condiciones, el precio de los diamantes aumenta con el peso, ya que los diamantes más grandes son más raros y deseables. Sin embargo, dos diamantes de igual peso en quilates pueden tener valores (y precios) muy diferentes dependiendo de otros tres factores de las 4C del diamante: color, claridad y tamaño.
Aunque ahora ya sabe lo que significa un quilate, también es importante recordar que el valor de un diamante se determina utilizando las 4C, no sólo el peso en quilates.
EL COLOR
Entender lo que significa el color del diamante ayuda a elegir el diamante adecuado. Curiosamente, la valoración del color de un diamante de calidad gema se basa en la ausencia de color. Un diamante químicamente puro y estructuralmente perfecto no tiene ningún matiz, como una gota de agua pura, y por lo tanto tiene un valor más alto.
El sistema de calibración del color D-to-Z mide el grado de color comparando una piedra bajo una iluminación controlada y unas condiciones de visión precisas con los tonos base, de un valor de color establecido.
Muchas distinciones de color de los diamantes son tan sutiles que resultan invisibles para el ojo inexperto, sin embargo, estas distinciones marcan una diferencia muy grande en la calidad y el precio de los diamantes. Por lo tanto, es importante obtener el asesoramiento de un experto del GIA para que le guíe de la mejor manera posible, con pleno conocimiento de causa.
LA PUREZA
Para entender la pureza de los diamantes, primero debemos comprender cómo se crean los diamantes. Los diamantes naturales son el resultado del carbono expuesto a un calor y una presión tremendos en las profundidades de la tierra. Este proceso puede dar lugar a diversas características internas llamadas "inclusiones" y externas llamadas "imperfecciones".
La evaluación de la pureza de un diamante consiste en determinar el número de impurezas, su tamaño, su relieve, su naturaleza y la posición de estas características, así como el modo en que éstas afectan al aspecto general de la piedra.
Si intenta determinar cuál es la mejor claridad para un diamante, recuerde que ningún diamante es perfectamente puro. Pero cuanto más se acerque a la pureza, mejor será su claridad y mayor será su precio.
La escala de claridad de los diamantes del GIA incluye 6 categorías, algunas de las cuales están divididas, para un total de 11 grados específicos.
1 - Sin defectos (FL) Sin inclusiones y sin defectos externos visibles con 10 aumentos
2 - Internamente impecable (IF) Ninguna inclusión visible con 10 aumentos
3 - Inclusiones muy, muy pequeñas (VVS1 y VVS2) tan ligeras que son difíciles de ver para un vendedor de diamantes experimentado bajo una ampliación de 10x
4 - Inclusiones muy pequeñas (VS1 y VS2) Las inclusiones se observan con dificultad bajo una ampliación de 10x, y pueden calificarse como menores
5 - Ligeras inclusiones (SI1 y SI2) Las inclusiones son fácilmente visibles con 10 aumentos
6 - Inclusiones (I1, I2 e I3) Las inclusiones son muy evidentes con 10 aumentos, lo que puede afectar a la transparencia y al brillo.
Muchas inclusiones e imperfecciones son demasiado pequeñas para ser vistas por alguien que no sea un vendedor de diamantes cualificado. A simple vista, un diamante VS1 y un diamante SI2 pueden parecer iguales, pero estos diamantes son muy diferentes en términos de calidad general. Por eso es muy importante una evaluación experta y precisa de la claridad del diamante. Saber lo que significa realmente la claridad del diamante le ayuda a comprender los factores que contribuyen a la calidad y el precio del diamante.
EL TAMAÑO
Los diamantes son famosos por su capacidad de transmitir la luz y brillar intensamente. Consideramos el tamaño de un diamante según su forma (redondo, corazón, oval, marquesa, pera...). Para dar forma a una piedra es necesario un trabajo artesanal y un acabado preciso para que sus proporciones, simetría y pulido proporcionen el magnífico retorno de la luz posible.
Conseguir la mejor talla para un diamante se refleja en la belleza y el valor final de la piedra. Y de todos los diamantes de las 4C, éste es el más complejo y técnicamente difícil de analizar.
Para determinar la calidad de la talla del diamante brillante "redondo estándar" -la forma que predomina en la mayoría de las joyas con diamantes- hay que calcular las proporciones de estas facetas que influyen en el aspecto visible del diamante. Estas proporciones ayudan a calibrar cuál es la mejor talla de un diamante, estudiando la forma en que un diamante interactúa con la luz para crear efectos visuales deseables, como por ejemplo:
1- Brillo: luz blanca interna y externa reflejada por un diamante
2- Fuego: La difusión de la luz blanca en todos los colores del arco iris
3- Centelleo: la cantidad de brillo que produce un diamante y el patrón de zonas claras y oscuras causado por los reflejos en el diamante.
La calidad de la talla del diamante también tiene en cuenta el diseño y la fabricación del diamante, incluido su peso en relación con su diámetro, el grosor, la simetría de la disposición de las facetas y la calidad del pulido de las mismas.
La escala de calidad de corte para los diamantes de talla brillante "redonda estándar" en el rango de color de los diamantes de D a Z contiene 5 grados que van de Excelente a Pobre.